A lo largo de la historia han ocurrido hechos que han llegado hasta nuestros días como enigmas y misterios. Uno de estos misterios es El Arca de la Alianza. Vamos a adentrarnos en su historia para descubrir qué es y por qué ha llegado a ser tan famosa.
Qué es El Arca de la Alianza
Según el libro del Éxodo, el Arca de la Alianza era un cofre de madera de 1’25 metros de largo y 75 centímetros de ancho. En su base se podía apreciar cuatro anillos de oro que permitían el paso de unas barras gracias a las cuales el cofre se izaba sin necesidad de tocarlo.
Se trata del objeto más sagrado y poderoso del antiguo Israel. En el interior del Arca se guardaban dos tablas de piedra con los Diez Mandamientos.
También contenía una vasija de oro con Maná (el pan que Dios envió a los israelitas durante los cuarenta años que vagaron por el desierto en busca de la Tierra Prometida), así como la Vara de Aarón, una vara que, al ser colocada en el Tabernáculo, floreció y dio frutos.
El Arca de la Alianza simboliza la presencia de Dios y únicamente el Sumo Sacerdote podía acercase al Arca, durante el día de la expiación. Era realmente peligrosa y todo aquel que intentara acercarse a ella acababa muerto.
Era capaz de producir luz y energía en forma de radiaciones antinaturales, así como rayos de fuego celestial. Todo esto era atribuido al Poder de Dios .
Historia de El Arca de la Alianza
Su origen sigue siendo un misterio. Son varios los textos que afirman que fue construida por Moisés bajo las órdenes de Yahvé. Es la tradición judeo-cristiana la que cuenta que fue Yahvéh el que ordenó a Moises crear este cofre y colocarlo en el Tabernáculo, junto con las instrucciones para manejarlo.
Fue utilizada en la Conquista de Canaán y de Jericó y más tarde trasladada a Silo en 1467. Después fue capturada por los filisteos y llevada al Templo del Dios Dagón en Asdod. Fue en este momento cuando empezaron a suceder acontecimientos que tuvieron aterrorizados a los filisteos: la estatua de Dagón pasó dos noches postrada delante del Arca y, tras esto, acabó decapitada. Además, surgieron una serie de plagas y epidemias que azotaron a todo el país.
Tras esto, el Arca fue movida por diversas personas hasta que terminó en el Templo de Salomón. Cuando el Rey de Babilonia invadió Jerusalén y saqueó el templo, no encontró el Arca. El Profeta Jeremías la había escondido en una cueva del Monte Nebó. Pero en 1920, un aventurero llamado Frederick Futterer estuvo durante meses buscando en el Monte Nebó y Pisgá. Descubrió un pasadizo secreto con una inscripción jeroglífica que decía: “Aquí dentro está el Arca de Oro de la Alianza”. Al poco tiempo Frederick desapareció sin dejar rastro.
Existen varias teorías sobre cómo es posible que el Arca solo pueda ser tocada por parte de unos pocos. Algunos dicen que Moisés guardó la tecnología de los Egipcios, otros que tienen un poder sobrenatural que no permite su abertura… Son muchos los científicos que lo han investigado sin éxito alguno.
