miércoles, 29 de octubre de 2014

Las Sirenas



El mito de las sirenas durante siglos en todas partes del mundo, calificándolos en algunos casos como reales y en otras como meras leyendas que son útiles para narraciones en noches de tertulia.

Según las diferentes tradiciones se dice de ellas cosas contradictorias: que adivinan el futuro, que coaccionadas otorgan poderes sobrenaturales a las personas, que con sus cantos hacen que los hombres se enamoren de ellas y los arrastran al fondo del mar para devorarlos o transformarlos en sus amantes bajo el agua.

La Sirena, en el mundo de la mitología y el folclore de la edad media, es una criatura marina. La iconografía la presenta con cabeza y torso de mujer y cola de pez, aunque en la mitología clásica tenía cuerpo de ave, como figura en los grabados de numerosos vasos griegos

Se las describe con frecuencia asomándose a la superficie del agua, o sentadas en una roca, peinando su larga y rubia cabellera mientras se miran en un espejo; en otros casos tocando su guitarra a la luz de la luna.



Sirena



La ciencia oficial no acepta la existencia biológica de las sirenas y atribuye el origen de esa Leyenda a los posibles relatos de marineros que por primera vez divisaron a mamíferos acuáticos, como manatíes, vacas marinas y focas, aunque en la civilización occidental, se continuaron registrando reportes de su presencia hasta el siglo XVIII.

Difícil saber  el verdadero origen de las sirenas. Dejando a un lado a las antiguas sirenas con forma de mujeres-ave, se dice que la primera mujer-pez conocida fue Atargatis, la diosa de la luna, protectora de la fecundidad y el amor. Atargatis, perseguida por Mopsos, se sumergió en el lago Ascalón con su hijo, y se salvó gracias a su cola de pez. Esta leyenda se confunde con la de la diosa siria Derceto, que también se arrojó a las aguas del mismo lago, después de matar a uno de sus sacerdotes y abandonar a la hija de ambos en el desierto.

Para buena parte de los sabios griegos, sin embargo, las sirenas tienen por padre a Aqueloo, un río personificado en figura de hombre con cola de pez. En cuanto a la madre, la confusión crece: puede ser la diosa de la memoria, o alguna de sus hijas, las musas. Quizá las sirenas sean hijas de la Elocuencia, de la Danza, de la Tragedia o de la Música. Hasta podrían ser hijas de Ceto, la ballena.




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