El otoño es considerado por muchas culturas como la época de recogida de frutos, de llenar las despensas para los meses venideros y prepararse para los meses más fríos.
El ritual que vamos a llevar a cabo nos servirá para recoger los “frutos” que hemos estado sembrando durante todo el año. Si nuestra actitud y acciones han sido positivas nuestros frutos así serán:
Ingredientes:
4 velas blancas
Una copa con agua
Una amatista (piedra)
Un cuchillo
Incienso de mirra.
Se colocan las 4 velas en circulo y se introducen en el círculo la copa, la amatista, el cuchillo y el incienso.
Encendemos en primer lugar el incienso, con una cerilla de madera. Seguidamente llenamos la copa de agua y para acabar encendemos las 4 velas con una cerilla de madera también.
Debemos entonces recitar la siguiente oración:
Adiós sol, luz siempre re-naciente.
Oculto dios que siempre permanece.
Que ahora partes a las tierras de juventud.
A través de las puertas de la muerte.
Para morar en tu trono.
Juez de dios y hombres.
Caudillo de las huestes del aire.
Aunque está invisible alrededor del circulo.
Así mora dentro de mi la semilla secreta.
La semilla del grano recién madurado.
La semilla de la carne.
Oculta en la tierra, maravillosa semilla de las estrellas.
En él está la vida y la vida es la luz del hombre.
La que nunca nació y a la que nunca muere.
Por lo tanto que no lloren los sabios
Antes bien se regocijen.
Una vez se hayan consumido las velas echaremos el agua de la copa en una planta y guardaremos todos los restos del ritual, velas, incienso, copa, cuchillo y amatista juntos hasta que finalice el año. Notarás como poco a poco vas recogiendo los frutos de todo lo que hayas sembrado.
El ritual que vamos a llevar a cabo nos servirá para recoger los “frutos” que hemos estado sembrando durante todo el año. Si nuestra actitud y acciones han sido positivas nuestros frutos así serán:
Ingredientes:
4 velas blancas
Una copa con agua
Una amatista (piedra)
Un cuchillo
Incienso de mirra.
Se colocan las 4 velas en circulo y se introducen en el círculo la copa, la amatista, el cuchillo y el incienso.
Encendemos en primer lugar el incienso, con una cerilla de madera. Seguidamente llenamos la copa de agua y para acabar encendemos las 4 velas con una cerilla de madera también.
Debemos entonces recitar la siguiente oración:
Adiós sol, luz siempre re-naciente.
Oculto dios que siempre permanece.
Que ahora partes a las tierras de juventud.
A través de las puertas de la muerte.
Para morar en tu trono.
Juez de dios y hombres.
Caudillo de las huestes del aire.
Aunque está invisible alrededor del circulo.
Así mora dentro de mi la semilla secreta.
La semilla del grano recién madurado.
La semilla de la carne.
Oculta en la tierra, maravillosa semilla de las estrellas.
En él está la vida y la vida es la luz del hombre.
La que nunca nació y a la que nunca muere.
Por lo tanto que no lloren los sabios
Antes bien se regocijen.
Una vez se hayan consumido las velas echaremos el agua de la copa en una planta y guardaremos todos los restos del ritual, velas, incienso, copa, cuchillo y amatista juntos hasta que finalice el año. Notarás como poco a poco vas recogiendo los frutos de todo lo que hayas sembrado.
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| Ritual de Otoño con velas blancas |
